Si eres propietario de una vivienda en alquiler, probablemente estés familiarizado con las obligaciones fiscales que conlleva. Pero, ¿estás seguro de estar aprovechando todas las deducciones fiscales que tienes a tu disposición? ¿Cómo desgravar los gastos de la vivienda alquilada?
Con una adecuada planificación, puedes reducir significativamente tu carga impositiva, mejorando así la rentabilidad de tu inversión.
Desde Asesoría Premium queremos prestarte el asesoramiento fiscal en Murcia que necesitas para que puedas reducir tu factura fiscal y maximizar el ahorro.
Qué gastos se puede desgravar el arrendador en el IRPF
Como arrendador, es normal sentirse abrumado por la cantidad de normativas y obligaciones fiscales que debes cumplir.
Es posible que te preocupe perder oportunidades de deducción por desconocimiento o, peor aún, cometer errores que puedan derivar en sanciones.
Veamos los principales gastos deducibles que puedes desgravar en tu declaración de la renta, asegurando que no dejes dinero sobre la mesa.
Intereses de la hipoteca
Si tu vivienda en alquiler está hipotecada, tienes derecho a deducir los intereses del préstamo en tu declaración.
Ésta es una de las deducciones más significativas que puedes aprovechar, ya que puede representar una cantidad considerable en tus gastos anuales. Es importante tener en cuenta que solo los intereses son deducibles, no la parte del capital amortizado.
Gastos de reparación y conservación
Los gastos destinados al mantenimiento de la vivienda, como reparaciones menores, pintura, arreglo de instalaciones, etc., son deducibles. No se incluyen las mejoras que incrementan el valor de la propiedad.
Es esencial distinguir estos gastos de las mejoras que incrementan el valor del inmueble, ya que estas últimas no son deducibles de la misma manera. Mantener la propiedad en buen estado no solo protege tu inversión, sino que también te ayuda a reducir tu carga fiscal.
Seguro del hogar
Otra forma de lograr un mayor ahorro fiscal son las primas que pagas por el seguro del hogar. Ya sea un seguro contra incendios, daños, o responsabilidad civil, estos gastos pueden reducir tu base imponible.
Es esencial mantener al día el pago de estos seguros, no solo por la tranquilidad que brindan, sino también porque representan una deducción directa en tu declaración, ya que debes contar con los justificantes bancarios de los pagos realizados.
Gastos de comunidad y otros servicios
Si pagas cuotas de comunidad, seguridad, limpieza, jardinería u otros servicios similares, estás incurriendo en gastos necesarios para el buen funcionamiento de la vivienda, por lo que también se pueden deducir en la Declaración de la Renta como arrendador.
Asegúrate de guardar todos los recibos y comprobantes de pago para poder justificarlos adecuadamente en tu declaración.
IBI
Hay determinados impuestos como el IBI, la tasa de basuras y otros impuestos municipales que también se pueden deducir.
Aunque pagar impuestos ligados a tu vivienda en propiedad es inevitable, al menos puedes asegurarte de que estás reclamando todas las deducciones posibles que el sistema fiscal permite.
Suministros (luz, agua, gas…)
En caso de que el arrendador tenga la factura de la luz, el agua y el gas a su propio nombre, estos gastos también se pueden deducir. En caso de que los repercutas al inquilino, entonces no sería posible.
En cualquier caso, debes contar con la correspondiente factura y recibo bancario para poder justificar las deducciones por gastos de suministros.
Amortización del inmueble
Uno de los aspectos más complejos, pero también más beneficiosos, es la amortización del inmueble. Puedes deducir un 3% anual del valor de adquisición de la vivienda, excluyendo el valor del suelo.
Además, si la vivienda está amueblada, también puedes deducir la amortización de los muebles y electrodomésticos. Este es un beneficio fiscal a largo plazo que puede suponer un ahorro considerable, pero que muchos no suelen tener en cuenta a la hora de hacer su Declaración de la Renta.
Honorarios de otros profesionales
Si has contratado servicios de administración de la propiedad, gestoría, asesoría jurídica, o incluso servicios inmobiliarios para la búsqueda de inquilinos, también te los puedes deducir en la Renta siempre que cuentes con las facturas correspondientes.
Muchos arrendadores suelen contratar servicios de terceros. Delegar ciertas responsabilidades en profesionales no solo te ahorra tiempo y preocupaciones, sino que también puede reducir tu factura fiscal.
Morosidad de los inquilinos
Si existen rentas impagadas, el arrendador puede deducirlas siempre que se cumplan ciertos requisitos y se demuestre la insolvencia del inquilino.
Por este motivo, en caso de que no te paguen la renta, debes tener claro que existe la posibilidad de que puedas desgravar los meses en los que no has recibido la mensualidad correspondiente.
¿Necesitas asesoramiento para minimizar tus gastos fiscales como arrendador de una o más viviendas? Habla ahora con nosotros.